El próximo jueves 2 de febrero, en el marco de una convocatoria nacional, se realizará una protesta frente a los tribunales de Rafaela bajo el slogan “basta de falsas denuncias”, “por la ley Lucio y la ley Alejo”. La manifestación es organizada por el grupo ‘Verdad y Justicia de Rafaela’, conformado por familiares de víctimas de falsas denuncias.
Melisa Gilardotti, una de las propulsoras de la marcha, sostuvo que, si bien la violencia de género y los abusos existen, “cada día crecen más las falsas denuncias y no se están tomando cartas en el asunto. Nosotros conformamos ‘Verdad y Justicia de Rafaela’ y lo que hacemos es pedir por una justicia independiente. Hoy lo que está pasando es que no hay igualdad ante la ley y se están condenando a hombres por su género”, aseveró.
Gilardotti sostuvo que la Justicia se ha “ideologizado” y que, en muchos casos, “no se tienen en cuenta las pruebas de la defensa”, por lo que se condena a hombres “por solo considerar que la mujer no miente”.
Su participación en el colectivo de familiares de víctimas de falsas denuncias comenzó luego que su esposo fuera denunciado por un supuesto abuso de menores cuando él tenía 12 años: “Mi marido va a hacer 23 meses que está en investigación. En 2020 surgió una denuncia de dos sobrinas que hacía cinco años que estaban peleadas con toda la familia. La denuncia fue hacia mi marido por violación y hacia mi suegra por corrupción de menores. A los 6 meses a él lo detuvieron sin pruebas, solo por el relato de las denunciantes. Lo que queremos es que él espere el proceso en libertad como corresponde, ya que no hay ningún peligro procesal”, detalló.
Gilardotti aseguró que, durante este tiempo, la defensa presentó diversas pruebas, desde fotos, conversaciones, testimonios de docentes, pediatras, peritos forenses, “pero nada fue suficiente. Cuando se presentaron la gran cantidad de contradicciones entre las denuncias y lo que arrojó la Cámara Gesell, el juez respondió que ellas se contradecían porque decían la verdad”, agregó.
En este contexto, habló de una justicia “ideologizada”, con “jueces que son feministas” y que ven a los “hombres con el título de victimarios”.
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