"El trabajo es salud", dice Sofía Suárez mientras sirve jugo de naranjas recién exprimidas y lo vende a 25 pesos el vaso. Gastado por el uso, el dicho popular no pierde eficacia para resumir las historias del centenar de personas que hasta el domingo participan de la feria de vacaciones de invierno, frente al Monumento Nacional a la Bandera. Desocupados, mujeres solas y jóvenes que encuentran en el circuito de ferias un ingreso económico y un lugar de pertenencia. Herramientas que, dicen, ayudan a campear la crisis. De acuerdo a datos de la Municipalidad, este año las solicitudes para ingresar en las ferias creció un 30 por ciento.
El circuito de ferias de la Secretaría de Economía Social del municipio se consolidó a partir de 2015. Por entonces, la actividad se centraba en el Biomercado y en ciertas actividades eventuales. Actualmente, se suman 700 lugares de comercialización, entre los que rotan más de mil artesanos y emprendedores.