El impacto electoral golpeó duro a la situación económica del país y Santa Fe no quedó al margen de este problema que abre la herida poco a poco. Los más perjudicados en tiempos de crisis, y no es una novedad, son las familias de los sectores populares que dependen muchas veces de organizaciones sociales o religiosas para sobrevivir.
Ante este panorama y con la incertidumbre de qué va a suceder con el precio de la leche y el pan, alimentos de primera necesidad, se consultó cómo sobrellevan la situación algunos comedores y merenderos de la ciudad. “Tenemos un merendero de lunes a viernes y le damos la leche a 50 chicos y los sábados le damos la cena a más de 400 personas.
El número siempre fue progresivo y el problema que tenemos es que los chicos que vienen al merendero llegan con la mamá y el papá y ellos también piden la leche, nosotros no los tenemos contados y lamentablemente uno tiene que elegir cruelmente por los chicos y le tenemos que decir a los padres que no podemos darles”, comentó Carlos Verón, uno de los voluntarios y propulsor del grupo de Madres Voluntarias de Santa Rosa de Lima, que funciona en el barrio populoso del oeste de la ciudad hace casi cuatro años.