Hace 15 años el español Rafael Nadal y Roland Garros comenzaban un idilio que se prolongó en el tiempo, cuando venció en la final del Grand Slam al argentino Mariano Puerta y conquistó la primera de sus 12 "Copas de los Mosqueteros".
La final, significó un partido bisagra en las carreras de ambos, ya que lanzó al ganador al estrellato, mientras que el perdedor inició el derrumbe que poco después lo marginó del tenis y condenó al ostracismo.
El 5 de junio de 2005, "Rafa" con 19 años, remera sin mangas y el pelo a la altura de sus hombros, se impuso sobre el cordobés Puerta en la cancha central Philippe Chatrier y conquistó su primer Grand Slam.
Ese fue el punto de partida de una carrera brillante que lo llevó al número uno del mundo y establecer su propio feudo en París.
El español reescribió la historia del tenis sobre polvo de ladrillo, superficie en la que se erigió como el mejor de todos los tiempos, con un asombroso dominio en Roland Garros hasta conquistarlo en 12 ocasiones.
Su tenis abrumador, le permitió establecer una marca de 93 triunfos y apenas dos derrotas en este torneo.
La particular historia de "Rafa" resalta que pudo haber jugado Roland Garros el año anterior, el de la recordada final argentina que Gastón Gaudio le ganó a Guillermo Coria, pero una fractura por estrés en el tobillo izquierdo se lo impidió.
El "zurdo" mallorquín llegó a París con una racha de 17 victorias consecutivas tras haber conquistado los Masters 1000 en Montecarlo y Roma y el Conde de Godó, en Barcelona.
En su camino a la final, Nadal le ganó al alemán Lars Burgsmuller, al belga Xavier Malisse y a dos franceses, Richard Gasquet y Sebastien Grosjean.
Luego al español David Ferrer y en semifinales a Federer, antes de imponerse sobre Puerta.
Nadal, repitió la cábala de alojarse siempre en el mismo hotel de París y se convirtió en el segundo tenista más joven en ganar un Grand Slam (también tenía 19 años Pete Sampras cuando conquistó el US Open de 1990) e igualó la marca del sueco Mats Wilander como los dos únicos que alzaron el trofeo en París en su primera participación.
Puerta, quien saltó con esa final en París del puesto 37 al 11, comenzó su calvario tres meses después, cuando arrojó positivo de etilefrina al control antidóping que le habían efectuado luego del partido con Nadal.
En diciembre de 2005, y al tenerse en cuenta la reincidencia, Puerta recibió una sanción de ocho años de suspensión que prácticamente le puso fin a su carrera.
En julio de 2006, el Tribunal de Arbitraje del Deporte le redujo de ocho a dos años la suspensión.
Puerta, quien debió devolver 887.000 dólares ganados entre la final de Roland Garros y el ATP de Tokio jugado en septiembre de 2005, se retiró del tenis en silencio.
Para Nadal, esa final de Roland Garros 2005 que mañana cumplirá 15 años, fue el lanzamiento a la fama, mientras que para Puerta fue el inicio de una pesadilla de la que no despertó jamás.
Fuente: Télam