El coronavirus tiene efectos contrapuestos para la Argentina. Es un gran beneficio para la renegociación de su deuda externa, como quedó demostrado en la baja del riesgo país a 2.224 puntos básicos, pero atrás del beneficio hay un costo de recesión que es imposible de calcular.
La Reserva Federal bajó medio punto su tasa de referencia a un rango de entre 1% y 1,25% y probablemente el 18 de marzo repita la experiencia. Esto trajo optimismo en el principio de la rueda de las bolsas de Nueva York, pero terminó con un golpe de realidad y Wall Street cerró en baja.
Sin embargo, el avance de la enfermedad en principio ya está afectando a algunos sectores, en particular, a las actividades turísticas. También existe preocupación por el impacto en el precio de los commodities que tendrá el menor comercio mundial.
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En tanto, la fuerte baja del petróleo Brent de los últimos tiempos, a USD 51 por barril, afectará a Vaca Muerta que genera miles de empleos. También perjudicará al resto de la industria petrolera y en la Argentina ya se conocen los efectos de las crisis petroleras donde los trabajadores dejan de percibir ingresos extras por su trabajo pero sus tarjetas están endeudadas como si esos adicionales fueran parte del sueldo fijo. A esto hay que sumarle el riesgo de suspensiones o despidos, algo que es más cruel en la Patagonia.
China, el epicentro
Dado que China es el principal comprador de materias primas a nivel mundial, la caída de la demanda aprieta no sólo el volumen de envíos argentinos, sino también los precios internacionales.
Las exportaciones nacionales hacia el gigante asiático son principalmente de carne y soja, las cuales son, en consecuencia, las máximas afectadas por la expansión del virus.
Según estimaciones del Consorcio Exportador de Carnes ABC la industria frigorífica perdería US$ 450 millones a causa del coronavirus. En efecto, la actividad de estas plantas disminuyó en un 30% durante el pasado mes de enero, mientras que los precios pagados por los compradores chinos registraron una caída de hasta un 35%, con pérdidas de hasta USD 3.000 por tonelada.
En cuanto a la soja, los agropecuarios afirmaron que el valor de la tonelada de soja cayó 10% en lo que va del año, de u$s 350 a u$s 321,6.
La contracara a las restricciones logísticas que se toman para prevenir la propagación del virus por parte de China, también podría golpear a la industria argentina, gran consumidora de productos electrónicos de aquel país.