La empresa argentina Ecleris, especializada en equipamiento médico, desarrolló un sistema de ventilación no invasiva para pacientes de COVID-19 que puede reemplazar en muchos casos el uso de respiradores mecánicos, uno de los insumos más críticos a la hora de enfrentar la pandemia.
Los cascos para ventilación no invasiva fueron desarrollados por ingenieros de la propia compañía, en colaboración con equipos médicos de los Hospitales Fernández (CABA) y Zonal General de Agudos. Su utilización ya fue aprobada por la autoridad sanitaria, la ANMAT, y están comenzando conversaciones con distintas organizaciones públicas y privadas para su uso en centros de salud de todo el país, mientras comenzaron la exportación a otros países de América Latina.
los cascos permiten evitar entre 30% y 60% de los entubamientos de los pacientes, liberando así el uso de respiradores mecánicos
“Los cascos son similares a una escafandra, transparentes, y permiten inyectar el oxígeno con una presión superior, lo que genera un efecto benéfico en los alvéolos pulmonares, que en muchos casos colapsan por el efecto del COVID-19. Además, evitan la dispersión del virus a través del aire expirado por el paciente, ya que cuentan con un filtro viral y bacteriológico. Con otros sistemas de oxigenación esa dispersión existe, y es causa de muchos casos de enfermedad en médicos y enfermeros”, explicó Marcos Ledesma, médico y uno de los fundadores de la compañía que desarrolló el equipamiento.
Según la experiencia internacional, los cascos permiten evitar entre 30% y 60% de los entubamientos de los pacientes, liberando así el uso de respiradores mecánicos, uno de los insumos más críticos en esta pandemia. Además, el costo de los cascos y sus descartables por paciente es muy bajo (cuesta aproximadamente 60 mil pesos, 20 o 40 veces menos que un respirador) comparado con el costo de los respiradores y del material que se utiliza diariamente en un paciente en terapia intensiva intubado.
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“En la Argentina, estamos en el momento crítico donde se pueden comprometer la cantidad de camas de terapia intensiva y este equipo puede aliviar el flujo de pacientes que las necesitan”, aseveró Ledesma en diálogo con Infobae.
La inspiración para su desarrollo, aunque no fue una situación muy agradable, surgió a partir del contagio de uno de los socios de la empresa, quien contrajo COVID-19 por circulación local al inicio de la pandemia."Empezó con dificultad respiratoria a los 4 días de comenzados los síntomas, fue hospitalizado, recibió diferentes formas de suministro de oxígeno que no dieron resultado: bigotera, mascarilla, alto flujo nasal” contó Ledesma.
“Pasó más de dos semanas en coma farmacológico conectado a un respirador y según los reportes médicos estuvo muy cerca de morir. Así, mientras mi socio entraba en coma y comenzaba una difícil lucha por la vida, el grupo de ingenieros que nos acompaña en Ecleris comenzó a desarrollar un casco como esos que sabíamos que se habían usado en Italia”.
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El producto
El casco o helmet desarrollado por Ecleris es reutilizable, a diferencia del fabricado en Italia que es descartable. Se puede desinfectar entre paciente y paciente y solo precisa de algunas piezas descartables como el filtro viral. Dos piezas componen el equipo. La primera parte, que se coloca sobre el paciente, es un aro con un cuello de silicona que se corta de acuerdo al tamaño del cuello del paciente y sella el casco al cuello y tórax del individuo. Esta primera pieza tiene las conexiones de entrada y salida de oxígeno y aire. Sobre esta primera pieza se coloca el casco propiamente dicho, una burbuja de vinilo que cubre la cabeza del paciente y lo mantiene completamente aislado del entorno, evitando a su vez que él sea agente de contaminación.
El casco se puede conectar a la línea de oxígeno y aire que se encuentran en las cabeceras de las camas de internación. En caso de necesidad, también pueden conectarse a tubos de oxígeno móviles, para su uso en hospitales de campaña. Además de la entrada de aire/oxígeno, el casco tiene una salida para el aire espirado por el paciente con un filtro viral/bacteriano, que hace que el aire que elimina no contamine el ambiente, preservando al personal sanitario de posible contagio. En la salida del aire hay también una válvula que permite aumentar la presión dentro del casco para oxigenar mejor los pulmones.
Desde la compañía argentina ya tienen conversaciones abiertas con autoridades públicas de CABA, provincia de Buenos Aires y otros distritos del país para el uso del equipo médico en hospitales públicos. En los Estados Unidos ya comenzaron a usarse cascos de tecnología similar. Ecleris ya ha exportado los suyos a Chile, Guatemala y Honduras, mientras está haciendo las primeras ventas en Colombia, Ecuador, Perú e India.
Fuente: Infobae