Johnny B. Good, el imponente bar ubicado en la esquina de búlevar Oroño y Güemes cerró sus puertas y dejó a 45 trabajadores sin su fuente de ingreso. Sus propietarios afirmaron que el difícil contexto económico a raíz de la pandemia, complicó la posibilidad de continuar con las puertas abiertas.
Sin embargo, el mítico bar no fue el único afectado. Durante el último tiempo, alrededor de 15 bares y restaurantes cerraron en la zona de Pichincha, mientras que en el resto de la ciudad, el número se multiplicaría, al menos, cinco veces más.
El sector gastronómico hotelero reabrió sus actividades el pasado 8 de junio cumpliendo los protocolos correspondientes, más allá de algunos excesos por parte de algunos establecimientos que fueron sancionados. Sin embargo, los dichos del gobernador Perotti y de la ministra de Salud, Sonia Martorano, volvieron a causar incertidumbre y angustia en el sector.
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Tras dos meses de actividad ininterrumpida, actualmente, la facturación de los locales ronda el 30 o 50 por ciento, generación de dinero lejana a la necesaria para subsistir, por lo que un posible retroceso implicaría dificultades enormes.
“A las pérdidas fuertes que estamos padeciendo se le suman los gastos fijos del traslado del personal, a raíz de los paros del transporte público. Los locales gastan unos 60 mil pesos mensuales en trasladar a sus empleados, lo que equivale al costo de un alquiler”, señaló Reinaldo Bacigalupo, presidente del Mercado de Pichincha.
Los distintos propietarios afirmaron que el sistema delivery, con el que muchos bares y restaurantes se mantuvieron a flote durante la primera parte de la cuarentena "no alcanza", por lo que destacaron que de imponerse medidas más severas, el resultado podría ser catastrófico para muchos.
En tanto, el secretario general de gastronómicos Rosario, Sergio Ricupero, afirmó al móvil de Mañana OH! que “volver atrás sería catastrófico” ya que la actividad no volvió al 100 por ciento. “Hemos perdido numerosos puestos de trabajo, parece que esto podría ser el toque final. Con los ATP solo, la gente no puede vivir. La cuarentena se terminó por decisión de la gente. No creo que los trabajadores y los empresarios de la actividad acaten la medida. Los que nos tengamos que cuidar nos quedaremos en casa”, expresó.
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