Luego de la controversia derivada por la habilitación de salones de fiestas a funcionar como bares, la Municipalidad anunció la suspensión de los permisos por el plazo de diez días.
El último fin de semana, Posta 36 dio el puntapié a su reconversión con la asistencia de unas 200 personas a su local, a quienes se le ofreció un menú de cuatro pasos y música al aire libre.
Las fotos en redes sociales generó la indignación de los vecinos, ante lo que habría sido un quebranto a distintos protocolos, entre ellos, la imposibilidad de circular entre las 20 y las 6, junto a la extensión de la fiesta hasta horas de la madrugada.
"Nos parece necesario darle una mano a los salones de fiesta pero no todos son iguales y la primera demostración empírica del funcionamiento de uno de ellos nos demostró algunas cuestiones que hay que atender, como la capacidad, la estructura, la forma de comercialización de tickets, que obviamente los distingue de un bar y un restaurante", señaló el secretario de Desarrollo Económico, Sebastián Chale.
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Días atrás, el ministro de Trabajo de Santa Fe, Roberto Sukerman, pidió a la Municipalidad de Rosario que revea las autorizaciones a salones de eventos devenidos en bares, luego que este fin de semana comenzaran a funcionar al aire libre.
"Los salones de fiesta que ya obtuvieron el permiso para funcionar como bares son 15, aunque no todos esos salones trabajan de noche, hay algunos que trabajan con modalidad diurna y que incluso se han adaptado con modalidad de vianda. Y no todos tienen espacio al aire libre, y ahí está la primera cuestión. A su vez hay una demanda de los salones de ofrecer algo distinto para poder convocar. A diferencia de un bar, uno para ir a un salón lo piensa mucho. Queremos que sea algo claro y que lo sea para ellos y queremos tomar el mayor resguardo porque este es un paliativo que podemos ofrecer ante la proliferación de fiestas clandestinas", explicó el funcionario al móvil de Mañana OH!.
Durante los próximos días se realizarán reuniones de trabajo para ajustar protocolos y adecuar normativas, a efecto de tomar el mayor resguardo posible, pero, también, para ofrecer un paliativo a los locales que han cerrado sus puertas desde hace siete meses atrás.
"Siempre que se respete la distancia y que las mesas no se junten, que no haya momentos de encuentro o aglomeración, incluso para ir al baño, sería posible que los salones de fiesta sean habilitados para la realización de fiestas de pequeñas. Acá el criterio tiene que ser que la burbuja sea lo más chica posible bajo los mayores recaudos sanitarios. Una celebración de ese tipo es infinitamente mucho más segura que una celebración que se hace en una casa de familia", sostuvo Chale.
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