La histórica bajante del Paraná creó el escenario propicio para la mortandad de miles de peces a lo largo de sus diversos cauces en el Salado. Durante los últimos días, lugareños de Recreo denunciaron peces muertos de todo tipo y tamaño. La misma postal apareció en las orillas del camping del Club Caza y Pesca, a la vera de la Ruta 61, 12 Kilómetros al este de San Justo.
Semanas atrás, situación similar se vio en la localidad de Soledad, a 140 kilómetros de la capital provincial. Los especialistas concordaron que el funesto hecho se debió, no solo a los bajos niveles de agua, sino también a su falta de oxigenación.
La merma en las marcas pluviométricas que presenta en general la cuenca del Paraná ha producido un descenso y permanencia en niveles hidrométricos bajos, como nunca antes ha ocurrido, al menos en los últimos 100 años.
Por este motivo, se han constatado mortandades en el río Salado el 12 de octubre en la zona de San Cristóbal, el 15 de octubre en el arroyo Calchines, un afluente del Salado, el 25 de octubre en el arroyo Cululú, y el 18 de noviembre en la zona de San justo.
El historial de alturas hidrométricas de la cuenca del río Salado a la altura de San Justo arrojó que la bajante se mantiene constante desde el mes de julio. Actualmente, la última altura registrada en el río Salado es de un metro.
Su motivo es una reducción de las lluvias en la cuenca alta del Paraná. Este proceso, que lleva más de un año, se ha intensificado en los últimos tres meses producto de la instalación del fenómeno climatológico conocido como La Niña.