Una familia rosarina integrada por Jonatan Ernesto Aguirre, de 34 años; su compañera Alejandra, de 29; y la pequeña Yaira, de 1 año, despertó de la peor forma la madrugada del sábado. Escucharon el ruido de una patada en la puerta de su casa de 27 de Febrero al 7800.
Jonatan fue hacia la puerta y Alejandra salió detrás con su beba. Los tres quedaron en la línea de fuego de un sicario que disparó desde la puerta con un arma de bajo calibre, posiblemente un calibre 22. La peor parte la llevó la beba, que recibió seis impactos y quedó internada en grave estado.
“Yo tenía a mi bebé entre medio de las piernas. La traté de abrazar, pero no me dio chances. Los balazos pasaron por entre medio de mis piernas y la hirieron”, explicó Alejandra, quien recibió dos impactos en sus piernas. La beba fue herida con seis balazos en el abdomen, un glúteo, la pierna derecha y la pierna y el pie izquierdos. Fue internada en estado crítico en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela. Jonatan recibió impactos en el tórax, un hombro y la pierna derecha. Fue internado en estado reservado en el Clemente Alvarez.
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Jonatan es hermano de Nelson Alexis “Pandu” Aguirre, quien cumple condena a 16 años de prisión por haber asesinado a Javier Barquilla en febrero de 2015 en Villa Banana; crimen que generó movilizaciones del barrio y organizaciones sociales para denunciar usurpaciones y el accionar violento de la banda de Pandu, quien además fue investigado en causas federales por narcotráfico como alguien conectado a Ariel “Viejo” Cantero, fundador de Los Monos.
Yaira es sobrina de Pandu. Al momento de explicar el contexto del ataque, su mamá Alejandra traza en una línea que diferencia entre “ellos” y “nosotros”. “Nosotros no tenemos problemas o discusiones con nadie”, dijo. “Pero en nuestro entorno hay gente que está en eso”, agregó refiriéndose a la figura Pandu. Y completó la idea: “No sé si será un ajuste para él o no, pero con él no tenemos contacto”. El apodo de Pandu es temido tanto fuera como dentro de los muros de la cárcel de Piñero.
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Desde hace al menos tres años Jonatan y Alejandra se afincaron en una humilde casa de material ubicada en un pasillo a la altura de 27 de Febrero al 7800, entre Larralde y Colombres. La casa está ubicada a unos 400 metros de la nueva cárcel de mujeres y a unos cuarenta metros de la avenida. “Es un muchacho mil puntos. Labura en la construcción. Ahora están con el boom de las piletas de natación. Un tipo que no se mete con nadie. Mirá como será que dormía con la ventana abierta”, explicó uno de los compañeros de Jonatan.
Según se pudo reconstruir de los dichos de Alejandra, la familia estaba durmiendo cuando escucharon “un fuerte estruendo” en la puerta de ingreso a la vivienda. “Mi marido se asomó por la ventana y cuando fue hacia la puerta un pibe joven con barbijo lo estaba apuntando. Le dijo algo, que yo no escuché o no recuerdo, y empezó a disparar”, contó la mujer.