La fiscal Gabriela Lema pedirá 25 años de prisión para cada uno de siete policías que son investigados como coautores de torturas. Fueron cometidas en perjuicio de dos hermanos mayores de edad que estaban detenidos en una comisaría de Sunchales, departamento Castellanos, a 40 kilómetros de Rafaela.
También adelantó que solicitará seis años de prisión para el comisario al que investigó como autor de encubrimiento agravado.
La mujer del Ministerio Público de la Acusación detalló que “los acusados como coautores de torturas son el subcomisario FHM de 40 años; la subinspectora SS de 44; el oficial JAC de 32 y los cuatro suboficiales”. En tal sentido, enumeró “a los suboficiales varones: CAM de 23 años; BEG de 26 y MLO de 30. Por su parte, la mujer suboficial tiene 38 años y sus iniciales son MIA”.
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En relación al comisario, la fiscal apuntó que “sus iniciales son LMG, tiene 36 años y se le endilga la autoría del delito de encubrimiento agravado”.
“Las torturas fueron realizadas dentro de la dependencia policial y los acusados actuaron al amparo de su investidura”, señaló la fiscal y remarcó que “tal fue su conciencia de impunidad, que actuaron frente a una mujer que estaba detenida y no les importó su presencia”.
Lema concluyó que “los policías investigados se comportaron como si fueran un grupo de fuerza armada. Luego, para procurar su impunidad, intentaron encubrir y entorpecer la investigación a través de una versión falsa de lo sucedido”.
El mismo día del hecho, la comisaría 3° de Sunchales quedó cerrada, como escena del delito. Por eso, los policías debieron atender afuera. La sociedad se movilizó en defensa de los uniformados.
Después del escándalo, aparecieron los fondos para la construcción de una nueva comisaría.
Los hechos según la Fiscalía
“Los acusados llevaron a cabo su accionar delictivo entre las 5:00 y las 6:00 de la mañana aproximadamente del viernes 18 de octubre de 2019 en el interior de la sede policial ubicada en avenida Belgrano al 300”, precisó la fiscal. También recordó que “los torturados son dos hermanos que habían sido legalmente privados de su libertad”.
Afirmó que “las víctimas sufrieron graves tormentos físicos y psicológicos mientras estaban maniatadas con los brazos hacia atrás”, y aclaró que “uno de los hombres atacados tenía esposas y el otro, precintos ajustados más de lo necesario”. Al respecto, aseveró que “ambos estaban en situaciones de vulnerabilidad”.
“De acuerdo con un plan previo, los uniformados insultaron y golpearon con los puños, los pies y hasta con un palo a los hermanos”, relató la representante del MPA. Asimismo, dijo que “los humillaron y los amenazaron con quitarles la vida. Además, a una de las víctimas le aplicaron la técnica conocida como submarino seco, mediante la cual se genera asfixia a partir de colocar una bolsa en la cabeza y también lo amenazaron con agredirlo sexualmente”.
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Por otra parte, Lema narró que “como consecuencia de un golpe en la nuca, una de las víctimas atravesó un ventanal de vidrio y sufrió lesiones muy graves en distintas partes de su cuerpo, entre ellas, un corte en la vena yugular interna”. En tal sentido, sostuvo que “de hecho, pudo salvar su vida gracias al accionar de los médicos que lo atendieron”.
Por último, Lema explicó que “minutos después, el comisario investigado llegó a la dependencia policial, se enteró de lo ocurrido y omitió comunicarlo a las autoridades competentes”. Añadió que “en su carácter de jefe, ordenó a los otros siete agentes que limpiaran el lugar, motivo por el cual se le endilgó el delito de encubrimiento agravado”.