El Monumental se vestirá otra vez de celeste y blanco de cara a la ventana de octubre de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Qatar 2022, según lo confirmó la Asociación del Fútbol Argentino. El combinado de Lionel Scaloni visitará a Paraguay (7/10) en Asunción y luego recibirá a Uruguay (12/10) y Perú (15/10), ambos partidos con público en la cancha de River, uno por el postergado de la quinta fecha.
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El cuerpo técnico influyó en la decisión de quedarse en Buenos Aires, donde Lionel Messi se lució con tres goles ante Bolivia tras la obtención de la Copa América, sobre todo para alivianar los viajes de los futbolistas del exterior en medio de las restricciones sanitarias por la Covid-19. Asimismo, se definió que el compromiso correspondiente al mes de noviembre, contra Brasil, se disputará en el estadio Bicentenario de San Juan.
Extasiado por el acompañamiento del público en su regreso absoluto a las canchas del país y el estado del campo de juego, el DT argentino lanzó: "Nos tenemos que acostumbrar a jugar acá". Y fue por más: "Es de las mejores canchas del fútbol argentino. No tuvimos tiempo de venir a entrenar acá por la lluvia, pero da placer y gusto jugar en una cancha así. Lógicamente, a los rivales les va a costar venir a jugar acá".
"La cancha está tan buena, estaba tan rápida, que por momentos el equipo se apresuraba y perdía algunas pelotas", remarcó el técnico albiceleste sobre el escenario que no recibía al equipo desde 2017, con un empate por Eliminatorias de Rusia 2018, 1-1 con Venezuela con Jorge Sampaoli como DT.
Las remodelaciones en el verde césped del conjunto de Núñez comenzaron en agosto del 2020. La empresa SIS Grass, de origen irlandés, fue quien se encargó de la instalación del innovador sistema híbrido, que conlleva más de diez fases de superficie. Dicha obra dejó en el olvido a la histórica pista olímpica que lucia el Antonio Vespucio Liberti y logró bajar 180 centímetros el nivel del piso. Además, en un futuro La Banda va a poder aumentar el número de espectadores: de las 72.054 locales actuales, podrán pasar a ostentar cerca de 80.000.
Un nuevo sistema de drenaje es uno de los cambios cruciales que realizaron. Dejaron atrás los caños de fibrocemento y colocaron unos de PVC, que evitan que no se tapen. Esta modificación da a lugar a un mayor control de la humedad del terreno y un incremento en el drenaje de la superficie, que posibilita succionar el agua y evacuarla en cuestión de segundos. Asimismo, este novedoso sistema inyecta aire a las raíces del campo para una ventilación más eficiente del mismo, lo que anula el deterioro estacional habitual.
Por otra parte, el rectángulo de juego cuenta con un sistema de control de temperaturas subterráneas. Esto quiere decir que cuenta con una tecnología que regula la temperatura de las propias raíces implantadas, dejando en óptimas condiciones el campo y permitiendo una mayor resistencia a lo largo de toda la temporada. Como si fuera poco, también envía agua por las tuberías para mantener refrigeradas las raíces ante posibles calores intensos de Buenos Aires. En caso contrario, ante un frío intenso, se acciona un complejo sistema de calefacción.
Sobre este punto, hay que destacar que el drenaje de la cancha actuó de manera muy solvente tras la intensas lluvias que afectaron a la Ciudad de Buenos Aires. A tal punto que ,incluso, fue regada minutos antes del partido: a lo largo de todo el campo hay distribuidos 35 aspersores de control independiente que cubren en su totalidad la superficie.
Vale remarcar que ahora el campo de juego está compuesto por un 95% de pasto natural y el restante de sintético, algo que hace que no sean necesarios los resembrados según la estación del año. Otra gran innovación del césped es la forma de colocarlo: fue instalado a través de una tecnología de cosido, es decir, se utilizó una máquina que inyectó los hilos de césped sintético a 20 centímetros de profundidad, logrando una unión perfecta entre los componentes sintéticos y naturales.
Otro de los hechos que no pasó inadvertido la noche frente a Bolivia fue que el 30 por ciento de la capacidad del lugar, para lo que fue habilitado por la lucha contra el covid-19, asciende a 21 mil personas. Mientras tanto, el Madre de Ciudades de Santiago del Estero tiene un aforo total de 30 mil, con lo que reducido quedaría en 9 mil. Y el San Juan del Bicentenario es aún más pequeño: entran 25 mil personas, por lo que aplicando la misma restricción quedarían disponibles 7500 plazas.
