* Por Raúl "Bigote" Acosta
Uno de los ejemplos de la política argentina son los pelícanos, esas aves esdrújulas. El otro es Botero. Los argentinos somos un poco el pelícano y un mucho Botero.
El pelícano vuela en bandada, pero se lanza a comer individualmente y vuelve a la bandada, que lo recibe sin problemas. Hizo lo que debía. La clase política argentina es como los pelícanos. El que encuentra la comida se lanza en picada y la banda lo acepta, es uno de los suyos. A su tiempo todos comen en esa bandada. Conocemos a quienes comen hace mas de 30 años, sin cesar. Difícil comer como los pelícanos... si no sabe el modo individual / colectivo de los pelícanos, de los políticos, de los tránsfugas, los políticos, bueno, bah, los pelícanos que se ve volar, cazar y callar encima de las aguas en Cartagena.
Botero es otra cosa, pero es lo mismo. Vamos a tener que hablar de Botero, Botero vive en Italia. Tiene una inmensa mujer – gorda – reposando en la ex estación de Colectivos de Mar del Plata, hoy un centro comercial, el Paseo Aldrey. Fue el señor Aldrey quien compró el Botero. La mujer extendida de Botero.
En su Museo Botero, en Bogotá, hay muchos Boteros y obras que otros artistas le regalaron o el compró y donó. No es la Fundación García Márquez, que va de la mano del progreso intelectual de Colombia. Botero exhibe sus cuadros y pinturas y si algo ayuda bien, no está mal y finalmente es bueno pero... pero...algo pasa con Botero y es resolver esta pregunta: es reivindicación o uso de las mujeres con medidas large, extra large y extra extra large o sea: doble equis ele (2 XL)
La pregunta que debemos hacernos es esta: si lo que muestra Botero es un absoluto o simplemente una mirada, seré – si puedo - mas claro y pregunto: así son las mueres para Botero, hay monjas, mendigas, jóvenes prostitutas, amantísimas niñas y princesas que – si se permite todavía--- son gordas, según el viejo concepto clásico de la belleza, el Adonis y el Apolo, según quiera o, apenas, esta es la duda: la mirada de Botero a mujeres que estaban postergadas, jamás ocultas y que, simplemente, no eran del agrado de Modigliani y los creadores de jeans y, por tanto, Botero reivindica a la gordura o es una fórmula para cobrar sus pinturas y esculturas y por tanto habrá cubismo, realismo, hiper realismo, hasta Polak si se quiere y finalmente Boterismo. Si nace y termina con él es una cosa. Universalizar el boterismo es otra cosa.
Pequeño detalle. Digo "mujeres de Botero" porque Botero no gestiona medidas extra large para hombres, nos pinta muy poco... por algo será.
"LA BOQUILLA" ES LO QUE CONOCEMOS MUY BIEN
Hay una zona de Cartagena, junto a las aguas, de difícil entrada porque solo quedan pequeñas cortadas y una sola calle que facilita – un poco -- el cómo llegar hasta "La Boquilla".
Terrenos del Estado que los privados quieren que el Estado les quite a los pescadores que salen... vuelven con la pesca y aman sus pequeños sitios para comer la pesca, vender la pesca, cocinar para el visitante... la pesca. No hay alquiler, claro, tampoco agua corriente.
Han hecho pequeñas chozas o gazebos sobre la costa, cualquiera va y se pone con sus comidas; son playas públicas que en el anochecer ilumina el reflejo del mar. Hacia dentro tienen sus casas que son como se imaginan...
Quien me llevaba ignoraba nuestra mirada sobre la costa de El San Javier o de El Paraná, El Salado, El Carcarañá, caramba, que nosotros sabemos cómo desapareció en muchas partes el camino de sirga ante la complaciente y cómplice mirada de los intendentes y gobernadores.
Los que allí viven, con la alegría que oferta el clima tropical, tienen una sola ventaja, una sola, el invierno no es el argentino, el desamparo creo que es menor allá que acá, o diferente desamparo. Aquí el desamparo es grande y difícil de esconder pero es clima tropical o ecuatorial. El nuestro es diferente, es un clima mas hipócrita, los nuestros cuentan que van a salvar a los pobres, peor, lo dicen y creen que les creemos. En fin...
EL BARRIO DE GETSEMANÍ
Dentro del casco histórico, tan lleno de vendedores callejeros de lo que se le ocurra (si, lo que se le ocurra) está el barrio Getsemaní. Algunas calles antes muy peligrosas, siempre pobres y ahora explotando la alegría en mitad de la tristeza. Es el sitio que llaman Getsemaní. Si, ya se qué es en el viejo Testamento el jardín del día anterior...etc.
El barrio Getsemaní tiene custodia policial en grupos de tres a razón de esquina y media cuadra, van y vienen, tres grupos de tres por cuadra. Será un cuadrado de unas seis calles y callecitas. Alcohol y ruido y música tropical. Uno de los ejes es Havana (con V corta) un sitio de música. Bailar y escuchar y saludar y compartir con un aire de Cuba por detrás mientras la salsa, la rumba y confieso que cuando una mujer cantaba "quimbara / quimbara / quimbambum / bambé"... aluciné con Celia Cruz. En lo alto había una foto de la Gran Negra que se fue a Estados Unidos porque Fidel era demasiado sordo... según decía. Y tenía razón. Getsemaní, al cabo, es un canto alegre... en mitad de la nostalgia. De eso también sabemos