La Empresa Provincial de la Energía detectó unos 300 agentes en plena actividad y 200 jubilados que adeudan el pago de la boleta de luz, a pesar de que cuentan con el privilegio de recibir una bonificación por los primeros 400 kw de cada mes por el consumo de energía eléctrica en sus hogares.
En febrero, las nuevas autoridades de la empresa detectaron este número a través de un simple cruce de datos contables disponibles en la Gerencia Comercial. Elaboraron una lista de los clientes en mora que también pertenecen al personal de la EPE, y se sorprendieron al darse cuenta de que su mora no estaba siendo perseguida ni reclamada.
Junto con la difusión del dato, oficialmente se habló solo de "más de cien" empleados morosos, y se explicó que desde febrero se les volvió a dar el mismo trato que a cualquier otro cliente: intimación y aviso de corte.
Según la misma fuente que precisó el número de empleados morosos, activar los mecanismos más básicos de control hizo que la gran mayoría de esas boletas atrasadas se regularizaran.
El relajamiento en el control para los propios empleados en mora, que deberían dar ejemplo con el pago del servicio del que dependen, fue el aspecto que más alarmó al actual directorio.