En un clima de tensión e incertidumbre, un grupo de trabajadores de la clínica "Sagrada Familia" seguían este sábado apostados en la puerta de la Clínica Sagrada Familia a la espera de una respuesta o una solución a la decisión del cierre de la institución por parte de los dueños.

El viernes por la mañana, los empleados concurrieron como lo hacen habitualmente a su lugar de trabajo y se percataron que el lugar estaba cerrado.

Por órdenes de su director, personal policial impidió el ingreso no sólo de los trabajadores sino también de miembros del Ministerio de Trabajo que se apersonaron para constatar la situación.

Esta sábado por la mañana, unas 15 personas permanecían aún en la vereda del establecimiento y en estado de asamblea.