La propuesta que elevó la Usta consiste en jugar el Masters 1000 de Cincinnati en Nueva York entre el 17 y 23 de agosto, y de inmediato el US Open del 24 de agosto al 13 de septiembre, ambos en Flushing Meadows, al norte de Queen´s.
La información adelantada por The New York Times y consignada por la agencia EFE, resalta que la propuesta puede tener acogida favorablemente porque al concentrar a los tenistas en una misma ciudad se evitarían viajes y riesgos de contagios, además se podría controlarlos mejor y garantizaría poder jugar los torneos en un circuito paralizado desde el 8 de marzo pasado a raíz de la pandemia.
«Es una de las opciones que se están considerando», dijo Stacey Allaster, directora ejecutiva del tenis profesional de la USTA, y remarcó que será «muy difícil» que los torneos puedan jugarse con público, que serían a puertas cerradas.
«Eso implicaría renunciar a la venta de entradas y algunos de los ingresos por patrocinios. Pero los derechos de televisión y digitales y el resto de los patrocinadores son lo suficientemente grandes como para que valga la pena jugar el US Open a puertas cerradas», añadió Stacey Allaster.
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