En un año atípico, los ejes de gobierno se vieron trastocados por una pandemia inesperada, que corrió las intenciones en materia de política pública, "de lo deseado a lo necesario", reconoció el intendente de Avellaneda Dionisio Scarpín.
“Desde el punto de vista de la gestión propia del municipio, terminamos muy bien después de un año muy complejo donde tuvimos que parar obras. Nos hemos recuperado rápido y estamos terminando con buena prestación de servicio y con muchos frente abiertos. Más allá de todo lo negativo, podemos decir que terminamos bien”, sostuvo el mandatario local al móvil de Mañana OH! al realizar un balance de su gobierno.
Sin embargo, Scarpín reconoció que el 2020 se transformó en uno de los períodos más complejos de gestión que debió a travesar, intensificado en el último tiempo, con alza de casos positivos de coronavirus a pocos días de las fiestas de fin de año.
“Desde el punto de vista de la pandemia, estamos cerrando un año más complicado del que queríamos, porque hubo un aumento de contagios en las últimas semanas, más de lo que nosotros queremos, por lo que deberemos ver los efectos de navidad y año nuevo”, agregó.
Puertas afuera, el intendente de Avellaneda no escatimó palabras en evaluar el primer año del Justicialismo al frente del gobierno provincial, al que consideró como ausente y con falencias en todas las áreas.
"Necesitamos que el Gobierno de la provincia esté presente en cada uno de los territorios con las obligaciones propias de un gobierno. No queremos que haya más excusas. Decimos que la ausencia de gestión de Perotti trae consecuencias a los municipios y comunas, hay localidades que pagan médicos y enfermeros para que el Samco funcione, han tenido que pagar personal del Registro Civil para que esté abierto, cuando son responsabilidades del Gobierno de la provincia”, indicó.
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