"Haber logrado la sede fue pensar y estar en el momento indicado y que se dieran las cosas. No fue una idea sino que se alinearon los planetas, porque justo el 30 de marzo había Congreso de Conmebol, el presidente de FIFA, Gianni Infantino estaba viajando a Sudamérica u un día antes le habían sacado el Mundial a Indonesia", confió Tapia en una entrevista con Olé.
"Ese día nos despertamos muy temprano y tuvimos la suerte de poder encontrar a todos los actores que nos tenían que acompañar para que eso se pudiera cristalizar rápidamente", explicó.
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Tapia destacó "el rol del Estado, con el respaldo de las notas para ser sede. Y también tenemos una gran virtud, ya que vamos a jugar un Mundial con cuatro competencias más disputándose simultáneamente en nuestro país, como lo son el campeonato de la Liga Profesional, la Copa Argentina, la Sudamericana y la Libertadores".
"Quizá la gran deuda del fútbol argentino esté en la infraestructura, aunque de todas formas contamos con los estadios disponibles y en condiciones según las normas FIFA. Por eso se dio todo esto y podemos darle continuidad a un proyecto". expresó.
"Porque la Sub-20 es más para formación de jugadores aunque uno siempre quiera ganar, pero tenemos la oportunidad de que continúe Javier Mascherano a cargo del equipo y vamos a competir muy bien, porque hay un cambio importantísimo en la selección respecto de la que no había podido clasificar en el Sudamericano", apreció.
Y al refrendar sus dichos iniciales sobre como Argentina volvió a convertirse en sede de un Mundial Sub-20 por segunda vez en la historia después del que ganó en 2001, reconoció que haber sido "campeón del mundo de mayores ayudó, así como también que Mascherano sea leyenda de FIFA y tenga tantas relaciones en el mundo del fútbol. Porque no es fácil convertirse ser organizador de un Mundial en 40 días", concluyó.
