Las redes dan para todo. Ahora, las cuentas de Instagram con miles de seguidores pueden transformarse en un negocio millonario. Pero no para el propio usuario, sino para terceros. Estos nuevos delincuentes virtuales se dedican a robar cuentas de influencers y luego venderlas en el mercado negro de datos por Internet.
Lo primero que hacen es borrar todas las fotos, cambiar el nombre y dejarla vacía: los seguidores quedan, lo único que importa.
Este es el nuevo oscuro negocio ejecutado por mafias cibernéticas que recrudeció con la cuarentena en distintos países de Latinoamérica como Brasil y Colombia ya llegó a Argentina.
El mecanismo que usan los ladrones es similar a otros en los que se roban cuentas bancarias o casillas de mail, con algunos matices distintos, debido al rubro.
- Primero: realizan un casting de víctimas. Uno de los integrantes de la banda se dedica a buscar cuentas que tengan miles de seguidores, pero que aún no consiguieron la verificación.
- Segundo: le envían un mail falso a la cuenta de correo asociada al perfil haciéndose pasar por Instagram desde una cuenta falsa con nombres como Instagramconfirm: “Les llega un correo electrónico con toda la estructura, colores y logo de la empresa y les dice ‘su cuenta ya está lista para ser verificada’ y los invita a hacer click en un link. Son tantas las ganas qué hay de tener ese tilde azul y el mensaje parece ser tan convincente que muchos caen en el engaño y entran”, agrega Migliorisi.
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Cuando la persona ingresa a ese link, automáticamente ve un sitio web con el aspecto calcado del servidor de su mail que solicita que se ingrese la contraseña del correo electrónico con el cual se creo la cuenta en cuestión, una clásica técnica de phishing, presentar una interfaz familiar pero falsa para que una víctima ingrese sus datos verdaderos.
- Tercero: Una vez que ese paso está completado, el usuario ya perdió la cuenta. Cuando el delincuente tiene eso en su poder, le pide a la red social restablecer la contraseña y como tiene en su poder las claves, Instagram se la restablece. Lo primero que hacen es borrar todas las fotos, cambiar el nombre y dejarla vacía: los seguidores quedan, lo único que importa.
- Cuarto: El siguiente paso es la venta en el mercado negro, en puntos de la Dark Web. ”Allí el precio es variable, depende del país de origen, la cantidad de seguidores por supuesto pero también la calidad. Cuanto más tiempo lleva la cuenta creada más vale porque se la considera más confiable. Los precios son muy aleatorios pero pueden ir desde los 1.000 dólares hasta los 30 mil”, cuenta un habitual investigador de este tipo de estafas.
Fuente: Infobae