Todo el mundo anhela una vacuna contra el COVID-19. Joan Pons es una de esas personas.
Trabaja en Inglaterra desde el 2000, es enfermero y no uno cualquiera: “enfermero británico del año 2018” (el primer extranjero en recibir la distinción que concede el British Nursering Journal, una publicación solvente).
Joan tiene una vida en el Reino Unido, una esposa y tres hijos. También forma parte del equipo directivo del Hospital Universitario de Sheffield.
Y por si fuera poco, es uno de los 10.260 voluntarios que se sometieron a las pruebas de la vacuna de Oxford.
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En diálogo con Hugo Isaak, por "Todo al Mediodía" en Cadena OH!, contó su historia, relató su relación con el COVID-19 y admitió que "odia al virus".
En búsqueda de su sueño
"Llevo veinte años aquí en el Reino Unido, me marché en el año dos mil porque no encontraba un trabajo estable en Barcelona", contó Joan, y amplió: "Tenía 25 años, en ese momento quería conseguir mi sueño de ser enfermero. Ví que no lo podía conseguir en España porque allí al final terminé trabajando llevando pizzas a casas. No había trabajo de enfermeros y no tuve otra alternativa que irme al extranjero a perseguir mis sueños".
"Me pasé 3 años intentando buscar un trabajo, pero solo podía conseguir trabajos de días o semanas, eran siempre contratos basura sin nada fijo y era muy difícil saber si iba a poder pagar un alquiler a fin de mes porque no tenía nada estable", lamentó.
¿Porque Inglaterra?
En la continuidad del relato, el enfermero español radicado en el Reino Unido afirmó que eligió "Inglaterra porque en ese momento a Inglaterra le faltaban muchos enfermeros, pensé que iba a ser el principio de mi aventura".
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Sobre ello dijo que en principio quería "ir a aprender el idioma y después marcharme a Australia, pero aquí me quedé".
En la primera línea
Joan forma parte del equipo de dirección en el Hospital Universitario de Sheffield, y allí esta encargado de "mejorar la calidad de servicios mediante la tecnología".
Sin embargo, el mismo destacó que "decidí volver a ponerme el uniforme y trabajar en primera línea, porque los respiradores no sirven de nada sin médicos, así que desde abril hasta ahora estuve trabajando en la primera linea".
Su relación con el COVID-19
Además, Joan integra el grupo de los más de 10 mil voluntarios que se aplicaron la vacuna de Oxford contra el virus pandémico. Esa decisión le habría traído algunos dolores de cabeza, y particularmente no relacionados con el coronavirus.
"Mi mujer se enfadó y se asustó, porque me preguntó que es lo que me podía pasar y no le quise mentir, le dije que la vacuna me podía producir la muerte. Me dijo que estaba loco y me dejó de hablar por tres días", detalló.
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Y aseguró que: "lo hice porque vi que sin vacuna el sufrimiento continuaría, yo viví el horror de este virus en primera linea".
En el mismo sentido, admitió que "cuando me dieron la posibilidad de ser voluntario di un paso al frente, porque quería volver a ganar la libertad, la esperanza de salir a la calle y abrazar a mi mujer y a mis hijos".
"Mi odio al virus pudo mucho más que cualquier cosa que me podría pasar. Como padre estoy enfadado con el virus porque les está robando la juventud a mis hijos. Mi hijo de 18 años está todo el día encerrado en casa y mis dos hijos dos pequeños no pueden ir al parque a jugar" dijo, al tiempo que lamentó que "también afectó la relación con mi mujer, por mi trabajo en el hospital hoy duermo en el cuarto de invitados".
Por último, Joan aseguró que quiere "acabar con el virus", y que "la única manera es con la vacuna. Ya se ha visto que la cuarentena no puede durar toda la vida, la gente también se cansa, por lo tanto la única manera de acaba este mal sueño es con una vacuna".
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