Avalado desde Roma, la orden religiosa de los dominicos ordenó el cierre del convento Santo Domingo, ubicado en la esquina de 9 de julio y 3 de febrero, a escasos metros de Casas de Gobierno.
Hasta el momento no han trascendido las razones de la medida, sin embargo, dado que los frailes han tomado un boto de obediencia, la oposición no tendría mucha resistencia. El lugar es uno de los santuarios más tradicionales de la ciudad, de hecho, es conocido como el "Vaticano de Santa Fe" por su particular cúpula.
Declarado monumento histórico provincial y nacional, se trata del mismo lugar que cobijó a Manuel Belgrano desde el 1 al 8 de octubre de 1810 en el marco de su expedición por "La campaña del Paraguay".
Los dominicos son una de las órdenes más antiguas de Santa Fe, en tanto tuvieron un primer templo en Cayastá que luego fue trasladado junto con todos los prístinos pobladores hacia la actual capital provincial.
Según afirmaron desde el convento, la decisión de cierre formal de la congregación estaría fundada por el bajo número de frailes, sin embargo, admitieron que los dominicos nunca han sido muy numerosos como los jesuitas o franciscanos, mientras la cantidad de religiosos de la orden no ha variado demasiado con el correr del tiempo.
Paradójicamente, la decisión se conoció en consonancia con el compromiso de la Provincia en otorgar fondos para la restauración del inmueble. Por su parte, Santo Domingo cuenta con dos frailes que sostienen el culto permanentemente con dos misas diarias y tres los domingos, junto a las confesiones en cursos.
Por lo pronto, de concretarse el cierre, el futuro del convento sería poco menos que incierto, en tanto el edificio podría caer en manos del al Arzobispado, ya sea para su uso como mantenimiento.