Alberto Fernández mantuvo una reunión hoy con Pedro Sánchez para ratificar la sintonía personal e ideológica y profundizar las relaciones bilaterales entre Argentina y España. El presidente apuesta a una diplomacia abierta y necesita el apoyo de Madrid en su negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París, mientras que el jefe de Gobierno español pretende reactivar la economía de su país atravesada por el COVID-19 y promover una agenda geopolítica que evite la competencia feroz que protagonizan Estados Unidos y China.
El jefe del Gobierno español arribó a Casa Rosada pasadas las 10.30. El encuentro fue un hecho político inédito en épocas de COVID-19: es la primera vez desde que llegó al Gobierno que Alberto Fernández se reúne en Buenos Aires con un líder extranjero.
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La reunión duró más de lo previsto, fueron 45 minutos que incluyó un tour por la sede gubernamental, donde Alberto Fernández le mostró a Sánchez el ascensor privado del Presidente, un regalo de la Infanta Isabel en 1910, las fotos que decoran su lugar de trabajo (junto a Néstor Kirchner, junto Luis Alberto Spinetta, junto a Litto Nebbia). También una estatua de Sarmiento. El jefe de estado reveló una anécdota: contó que encontró la pieza artística envuelta en una frazada cuando arribó al poder, y que decidió recuperarla.
Alberto Fernández y Sánchez tienen miradas idénticas sobre el mundo jaqueado por la pandemia y consideran que una agenda común entre Argentina y España puede influir en la reconstrucción de un sistema global que ha demostrado su ineficacia para achicar las asimetrías económicas y sociales entre las naciones ricas y los países pobres.
El presidente argentino y el líder socialista sostienen que los organismos multilaterales -como la ONU, el G20 y el FMI- tienen que presentar un programa común que debería empezar por la pandemia y la necesidad de facilitar el acceso al crédito y la ayuda financiera a los estados pobres y a los países de ingresos medios.
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En este contexto, Alberto Fernández y Sánchez coincidieron en solicitar a la ONU un plan que termine con la acaparación de vacunas y pedir al G20 un método de distribución de los Derechos Especiales de Giro (DEG) extraordinarios que ya se han asignado a las naciones más poderosas del directorio del FMI.
Desde esta perspectiva, los dos mandatarios relanzarán el Plan de Acción para la Profundización de la Acción Estratégica (PAE) que une a la Argentina y España desde 2006. El documento bilateral, que se conocerá como Declaración de Buenos Aires, apunta a “identificar propuestas conjuntas de acción dirigidas a mitigar el impacto de la crisis sanitaria provocada por la pandemia y sus graves consecuencias económicas y sociales”, describe un paper redactado en la Cancillería para consumo de la Casa Rosada.
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Y remata: “La Declaración de Buenos Aires señala como temas prioritarios el impacto socioeconómico de la pandemia, la inclusión social, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la garantía y promoción de los derechos humanos, género, transferencia de tecnologías, transformación digital y cuidado del ambiente”.
La Declaración de Buenos Aires se firmó después de la reunión a solas protagonizada por Fernández y Sánchez. En ese cónclave, el Presidente y el jefe de Gobierno español analizaron la negociación de Argentina con el FMI y el Club de París, la situación de la pandemia a nivel global, la crisis causada por el Cambio Climático, los convenios de pesca entre ambos países y las trabas que aún subsisten para avanzar en la ratificación definitiva del acuerdo Mercosur-Unión Europea.