La situación creada por la bajante del río Paraná, que sigue acentuándose y recién alcanzaría su punto más crítico en el mes de octubre, está generando severas dificultades en el transporte fluvial de granos con destino a la exportación y quejas en los mismísimos usuarios de agua potable.
Recientemente, el Ente Regulador de los Servicios Sanitarios dispuso que los servicios conectados al Acueducto Centro Oeste reemplacen esa provisión de agua, ante el extraordinario aumento de la salinidad en su fuente de captación: el río Coronda.
De manera provisoria 13 servicios deberán proveer de agua segura a sus usuarios con medios alternativos al sistema de conducción. La nota que recibieron esos servicios municipales y cooperativos indica que "se ha verificado un incremento del contenido natural de sales disueltas en el agua del Rio Coronda, utilizado como fuente de abastecimiento del Acueducto Centro Oeste, afectando la calidad del agua suministrada a los servicios conectados al mismo".
En este contexto, como consecuencia de la crisis hídrica más pronunciada de los últimos 70 años, el Gobierno de Santa Fe, junto la empresa Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA), las cooperativas y las distintas ciudades de la provincia, emprendieron trabajos de coordinación conjunta, donde la inversión para hacer frente a "los efectos del agua para el consumo humano, hoy ronda los 500 millones de pesos", detalló la ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat, Silvina Frana, al aire de Cadena OH!.
"Se han comprado bombas y fortalecido los lugares de donde se toma el agua. Sin embargo, hoy tenemos algunas dificultades adicionales, porque la corriente ha provocado la combinación con algún afluente salado que complica el consumo de agua. Allí se está trabajando a fin de reforzar las tomas y, tal vez, en algunos casos, volver a los viejos sistemas osmosis inversa".
En rigor, se trata de una tecnología de purificación del agua que utiliza una membrana semipermeable para eliminar iones, moléculas y partículas más grandes en el agua potable. Para lograr la ósmosis inversa se aplica una presión para vencer la presión osmótica, que es una propiedad coligativa producida por diferencias de potencial químico del solvente, un parámetro termodinámico.
La ósmosis inversa puede eliminar muchos tipos de elementos suspendidos en el agua, incluyendo bacterias, y está utilizada tanto en procesos industriales como para la producción de agua potable. El resultado es que la disolución es retenida del lado presurizado de la membrana y el solvente puro puede pasar al otro lado. Para lograr la «selectividad», esta membrana no debe dejar pasar iones o moléculas grandes a través de sus poros (o agujeros), pero debe dejar pasar libremente componentes más pequeños de la solución.
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