El plan criminal que terminó con el doble femicidio de Estefanía y Marianela Gorosito se ventiló este viernes con la imputación a dos de los sospechosos que, según la Fiscalía, raptaron y asesinaron a tiros a las hermanas de 25 y 28 años el martes por la noche en un descampado de barrio Cabín 9 de Pérez.
Los acusados son William Espinoza López, de 18 años, y Damián Ezequiel Rojas, de 30, a quienes el fiscal Patricio Saldutti imputó como coautores de los crímenes. Un trasfondo que recién comienza a develarse, ya que el móvil aún está en investigación, dijo el funcionario judicial.
Según expuso la Fiscalía, el martes 19 de julio, Estefanía y Marianela estaban merendando en un bar de Oroño y Salta. Alrededor de las 18 fueron captadas por los ocupantes de un auto en esa zona céntrica.
De esto dio cuenta el impacto en antenas de la línea celular de una de una de las víctimas –los teléfonos no aparecieron–, que echó luz sobre el recorrido y el destino final de las hermanas.
Cuando el fiscal Saldutti leyó las imputaciones en la audiencia del viernes y la jueza María Trinidad Chiabrera preguntó si los acusados querían hablar, Espinoza López dijo que sí. Contó que a él lo había invitado alguien de apodo "Chamaquito" a participar de un robo.
"Yo fui a chorear", dijo Espinoza López y contó cuál era el plan: "Robarle a unas chicas que tenían mucho oro. A mí me iban a pagar con parte de esas joyas. Me pasó a buscar Chamaquito con el C3, manejaba él. Pero había otras dos personas que yo no conocía. Había un petiso y una chica menor, de pelo rosa. Al rato, fuimos por un camino que yo no supe bien cuál era, nos encontramos con otro auto en el que había dos mujeres morochas altas y jóvenes".
Según la versión del acusado, el otro auto era un Chevrolet Cruze de color oscuro. Ambos vehículos fueron en caravana hasta la esquina de bulevar Oroño y Salta para buscar a las hermanas Gorosito, sus víctimas, que merendaban en el bar Anajuana.
El señuelo para que Marianela y Estefanía subieran al Cruze habrían sido las otras dos chicas, conocidas suyas. Luego se produjo un cambio de vehículo y es ahí -dentro del C3- donde hubo un forcejeo y un disparo, siempre según el relato de Espinoza. Antes, el joven habría ejecutado el robo, cuando las hermanas Gorosito bajaban en un kiosco en zona oeste.
La versión del acusado coincide con el dato del disparo que había en el Citröen y las manchas de sangre que se encontraron en el mismo vehículo. Entre tanto, un testigo de identidad reservada sumó a la causa el dato de que el prófugo -Chamaquito - habría tenido una relación afectiva con Estefanía, una de las víctimas.