El ex jefe de la delegación Santa Fe de la Policía Federal, Mariano Valdés, continuará detenido al menos por 90 días, acusado de intentar desviar la investigación por el supuesto ataque que sufrió en su vehículo cuando viajaba por la autopista Buenos Aires-Rosario.
Valdés fue imputado por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento agravado, retardo de justicia y sustracción o inutilización de prueba. Si bien todos los delitos son excarcelables, el ex comisario continuará en prisión. La pregunta que se desprende es: ¿Por qué está preso?
La explicación más evidente responde a la presión mediática. En los últimos 15 días el caso Valdés tomó trascendencia nacional, suscitó, incluso, las contradicciones del Presidente y de la misma Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Los fiscales de la causa todavía tienen mucho que probar. En primer lugar, todavía no pudieron explicar la situación puntual del hecho por el cual Valdés resultó herido en la autopista. En segundo lugar, se desconoce quiénes eran las personas que el ex comisario aparentemente conocía y que efectuaron los disparos. Por último, tampoco pudieron demostrar qué contenía el bolso que fue sustraído del auto de Valdés.
Mientras tanto, la acompañante que circulaba con Valdés, la Suboficial Roxana González, entró en el programa de testigos protegidos.
Por ahora, la investigación arroja más interrogantes que certezas.