El obispo de Rosario, Eduardo Martín, fue recibido el jueves en Roma por el Papa Francisco, junto con otros 31 prelados.
Se trata de la primera visita oficial "ad limina" de los obispos argentinos a Jorge Bergoglio.
Los obispos fueron recibidos por el Sumo Pontífice en una de las salas del Vaticano. El Papa los saludó uno a uno con un abrazo, y a muchos los conmovió. Así comenzó la reunión en la que no hubo protocolos, sino que se trató de una "conversación amena, un verdadero encuentro fraterno", expresó Martín en un video que envió ayer desde Roma ante la avalancha de solicitudes que recibió de la prensa nacional.
Francisco les pidió que hablaran de lo que quisieran, que preguntaran sin problemas y hasta bromeó y les dijo que podían "sacarle mano" al Papa, contó una altísima fuente a La Capital.
"Nos dijo que no nos quería dar un discurso, sino escucharnos, saber qué nos preocupa y qué está pasando en las iglesias locales de los distintos lugares del país", comentó el obispo rosarino.