Este miércoles imputaron a dos personas, acusadas de haber comprado un Peugeot 308 robado en una entradera y luego transportar a los dos sicarios que ejecutaron a Eduardo Trasante. No descartaron que además, hayan participado en el homicidio.
Los fiscales Matías Edery y Gastón Ávila acusaron a Aníbal Maximiliano G. y Brian Nahuel A. por haber comprado el Peugeot 308 modelo 2012 robado, al precio de 20 mil pesos. Por la sustracción del rodado en una entradera en Juan XXIII al 6600, imputaron a Ariel Hernán S. el pasado lunes.
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Según los funcionarios, los detenidos utilizaron el Peugeot 308 para transportar a los dos autores materiales –aún no identificados– del asesinato del ex edil de Ciudad Futura. El juez penal de primera instancia Hernán Postma dictó prisión preventiva efectiva sin plazo para ambos.
Por el análisis de las cámaras de la zona, vieron al automóvil antes del homicidio. Se desplazó por San Nicolás, intentó doblar por Casablanca, desistió de hacerlo y siguió por San Nicolás hasta cruzar bulevar Seguí. Luego, giró por Saavedra y después tomó pasaje Santa Isabel –paralela a San Nicolás–. Estimaron -por las cámaras- que cuatro minutos después llegaron al domicilio de Trasante.
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La sospecha está basada, en que el vehículo sustraído en la entradera y el visto por las cámaras de la zona del crimen, tienen la misma particularidad: la puerta delantera derecha chocada. Sumado a que horas después del homicidio, el rodado fue abandonado en Barcalá al 4600.
Desaparición del teléfono
La abogada de la familia de Eduardo Trasante, Gabriela Durruty, aseguró que el teléfono de la viuda estaba en la casa en el momento del asesinato el martes 14 de julio. Señaló que un acta oficial dice que lo secuestró la Policía. Un rastreo ubicó el celular en la casa de un policía. Sin embargo, el aparato nunca apareció y Fiscalía aseguró que se trató de un error o el robo de un tercero.
“El teléfono estaba en la casa al momento del hecho y desapareció. En el expediente consta que el teléfono fue secuestrado por la Policía. Primero son dos teléfonos, el de Carolina y el de Eduardo, que después se convierte en uno solo”, aseguró Durruty.
“No sabemos qué pasó. Nosotros indicamos que esos son los hechos. Es grave si había dos celulares y falta uno, y también lo es si es un error material de la elaboración del acta, que es un documento público”, dijo la abogada querellante. Y añadió: “Exigimos a la fiscalía saber qué pasó con ese teléfono”.
Desde la querella no podemos valorar el avance de la causa porque no tenemos todo el expediente, ya en la foja 4 surge una grave irregularidad. El celular de mi representada, que se creía robado de la escena, en realidad lo secuestró la policía y luego despareció sin explicación pic.twitter.com/BRozHDDx6n
— Gabriela Durruty (@GabrielaDurruty) July 22, 2020