En la pequeña localidad rural ubicada a 25 kilómetros al sureste de Esperanza, un joven pasó una mala y peligrosa noche.
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Con una población de 1017 habitantes, no sobran profesionales de la salud ni centros de salud de urgencias, por lo que la presencia de un joven bombero voluntario fue clave para la vida de una persona.
El hecho ocurrió en el interior del Boching Club-salón social. Un vecino de la localidad sufrió un atragantamiento mientras cenaba, que lo llevó a la pérdida del conocimiento con inminente peligro de vida. Sin embargo, fue asistido por el bombero voluntario Gustavo Avila que le practicó técnicas de reanimación y maniobra de Heimlich logrando salvarle la vida.
"Nuestras felicitaciones y reconocimiento para el bombero Avila, cuya acción enaltece nuestra institución”, señalaron desde la entidad.