Una nueva y nutrida marcha reclamó este martes justicia por Lorenzo Jimi Altamirano, el músico captado y asesinado en la puerta del estadio de Newell's el 1º de febrero pasado.
Amigos, familiares y referentes de organizaciones sociales y políticas reclamaron que se investigue el hecho y repudiaron la impunidad de la que aún gozan sus asesinos.
La convocatoria apeló a toda la sociedad. “Exigimos justicia por Jimi Altamirano, asesinado por narcotraficantes y barrabravas. Cualquiera podría haber sido Jimi”, fue uno de los lemas de los autoconvocados y de las banderas que se incluyó en la marcha.
Poco se sabe de los avances de la causa, si es que los hay, a casi dos semanas de que Altamirano fuera secuestrado cuando iba camino a su casa. Un rapto que –según los indicios– tuvo lugar en bulevar 27 de Febrero entre Ovidio Lagos y Francia.
Ese miércoles 1º de febrero, Jimi había terminado de ensayar en una sala de Oroño y Gálvez y algunas cámaras lo captaron antes de que fuera secuestrado por los ocupantes de un Renault Sandero con pedido de captura por robo. Frente a la puerta 6 del Coloso Marcelo Bielsa, lo bajaron y lo acribillaron de tres tiros. En su ropa, dejaron un mensaje a presos ligados a la barrabrava de Newell's.
La Fiscalía de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos está a cargo de la causa que, según los investigadores, es parte de una saga de atentados mafiosos, un ida y vuelta entre dos grupos criminales que comenzó en noviembre y fue escalando a niveles inusitados. El caso de Jimi, el hito más grave, “un límite que no se había cruzado”, como dijo el fiscal Matías Edery.