La magra y pobre calidad de la cosecha de soja que ha comenzado a procesar la eficiente estructura industrial del sector del agro volverá a prestarle un indispensable servicio a las arcas del exhausto Banco Central que continúa bajo la presión de la demanda de divisas.
Así se desprende de los análisis preliminares realizados por expertos del mercado de cereales y por referentes de las economías regionales como, por ejemplo, la industria bodeguera que ha decidido apoyar decididamente las recientes medidas anunciadas por el jefe del Palacio de Hacienda, Sergio Massa y, por Juan José Bahillo, el titular de “Las Mellizas”, nombre con el que se conoce a los palacios gemelos de Paseo Colón al 900, sede de la secretaría de Agroindustria.
Para el ingeniero agrónomo y ex subsecretario de Mercados Agropecuarios de la Nación, Javier Preciado Patiño, el objetivo central de la tercera edición del dólar soja busca “...concentrar en este segundo trimestre del año el ingreso de divisas y otorgar al productor rural, severamente afectado por la sequía, el acceso a un tipo de cambio mejor que le permita afrontar el inicio de la campaña de trigo y cebada”.
Las autoridades económicas especulan con el ingreso de 9.000 millones de dólares entre las liquidaciones del complejo sojero sumadas a las ventas de las economías regionales.
En ese sentido, Patricia Ortíz, titular de la Cámara de Bodegas Argentinas señaló en una nota publicada por Noticias Argentinas que “...las medidas generales fueron consideradas por los socios de la cámara como positivas. Frente a la pérdida de competitividad en los mercados internacionales a raíz de los incrementos en los costos de los productos, fundamentalmente de materia prima, como consecuencia de los efectos climáticos y ante un tipo de cambio que genera una pérdida de rentabilidad en los mercados internacionales, la medida es bien recibida”.