“La armonía entre sindicatos y empresas en Argentina es
un desafío que requiere un esfuerzo conjunto de ambas
partes, así como un marco legal adecuado y un
compromiso del Gobierno para promover un diálogo
constructivo y buscar soluciones que impulsen el
crecimiento económico y mejoren las condiciones
laborales en el país”.
En todas las sociedades existen mitos aplicados a diferentes temas. Del mismo modo, en algún sector de nuestra sociedad -por interés, por posición política o simplemente por ignoranciase imagina a los sindicatos como instituciones que carecen de utilidad para el desarrollo de una nación.
Sin embargo, cuando observamos a los países con mayor calidad de vida del mundo, vemos que cuentan con sindicatos fuertes, negociaciones colectivas y altos niveles de sindicalización.
En dichas naciones, el gremialismo desempeña un papel significativo en la mejora de las
condiciones laborales, la igualdad económica y el bienestar general de los trabajadores y la
sociedad en su conjunto.
Esto es particularmente evidente en los países nórdicos, como Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. A este listado se suman, por ejemplo, Canadá, Alemania, Austria, Países Bajos, Suiza, Japón, Singapur y Australia. Todos ellos en la cima del ranking de nivel de vida y con robustos sindicatos.
Un común denominador de estas naciones con superior calidad de vida es que existe
cooperación y diálogo entre los sindicatos, los empleadores y el Estado. Este modelo de
colaboración social se refleja en la negociación colectiva multinivel, donde los sindicatos
desempeñan un papel esencial en la determinación de las condiciones laborales y salarios
justos. Esta colaboración ayuda a mantener el equilibrio entre los intereses de los trabajadores y los empleadores, lo que a su vez contribuye a la estabilidad económica y social.
El caso de Australia es particularmente interesante, ya que es un país con varias semejanzas al nuestro: naciones jóvenes con amplios territorios, fuerte incidencia inmigratoria, recursos naturales y producción primaria, ambas en el hemisferio sur y situadas allá lejos, en latitudes similares.
El funcionamiento de los sindicatos en Australia se remonta al siglo XIX, habiendo
evolucionado y adaptándose a lo largo del tiempo. La globalización ha traído consigo un
conjunto de desafíos cruciales para el movimiento sindical y los sindicatos australianos han
respondido ampliando sus programas para abarcar temas como el establecimiento de
relaciones con organizaciones internacionales, influir en políticas internacionales y organizar campañas a nivel mundial.
Una de las respuestas clave de los sindicatos australianos a la globalización es la formación de sindicatos globales, que incluyen la Confederación Sindical Internacional (CSI) y otras
federaciones sindicales internacionales. Estos sindicatos establecen relaciones con
organizaciones internacionales de peso, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, con el objetivo de promover una globalización justa y asegurar que se cumplan las
normas fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en instancias en
donde intervienen las mencionadas instituciones financieras.
En Argentina, la relación entre sindicatos y empresas ha sido históricamente compleja y ha
estado marcada por tensiones y contiendas. La armonía entre sindicatos y empresas en
nuestro país es un desafío que requiere el esfuerzo conjunto de ambas partes, así como un
marco legal adecuado y un compromiso del Gobierno, a fin de promover un diálogo
constructivo para encontrar soluciones que impulsen el crecimiento económico y mejoren las condiciones laborales. Solo a través de un enfoque colaborativo y responsable de todas las partes se podrán superar las dificultades históricas y avanzar hacia una relación sensata y beneficiosa para todos los actores involucrados.
El trabajo conjunto sindicatos-empresas es una tarea posible y necesaria para que Argentina se ponga de pie. Eso requiere que construyamos una relación de confianza, de verdadero respeto mutuo y de comprensión de los intereses y necesidades de ambas partes.
Necesitamos fortalecer mesas de diálogo y negociación, estudiar formas razonables de
participación en la toma de decisiones, encontrar mecanismos eficientes de resolución de
conflictos, fomentar la responsabilidad social empresaria, colaborar en la legislación laboral,
y -sobre todo- apostar a la educación. Efectivamente, los sindicatos podemos brindar
oportunidades de formación a los trabajadores que faciliten el desarrollo de mentalidades
integrales, beneficiando tanto al empleado, al mejorar sus habilidades y perspectivas
laborales, como a la empresa, al contar con una fuerza laboral más calificada y motivada.
Aprendiendo de nuestra propia historia y de la experiencia de los demás, desde nuestro
sindicato hemos comenzado a transitar el modelo de la evolución, la capacitación, el diálogo y la cooperación, nacional e internacional. Sabemos que queda muchísimo camino por recorrer, pero también que "un viaje de mil millas empieza con el primer paso". Somos
conscientes de que el éxito no se construye en el paso final, sino en cada paso dado en el
presente y en la justa dirección.
Invitamos a todos a sumarse a este curso de acción cuyo objetivo es lograr un país más
próspero y seguro, con toda la fuerza del trabajo, a lo largo y a lo ancho de nuestra sociedad.