Los vecinos de Álvarez realizaron una protesta para denunciar la precariedad del servicio de transporte interurbano que los lleva a Rosario. Según los damnificados, los colectivos tienen baja frecuencia, el boleto cuesta 1000 pesos y los vehículos están sucios.
“Todos los días tenemos que rezar para que pase y no nos dejen a pie. Si viene lleno no nos para, o vamos todos apretados como ganado”, explicó uno de los manifestantes.
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Otra ciudadana de Álvarez indicó: “En ocasiones se tenían que ayudar entre pasajeros a abrir la puerta para descender porque no se abría”.
El lamento común de los vecinos incluía que todos ellos dependen del servicio para llegar al trabajo o a sus estudios: “No puede ser que tengamos que salir 4 horas antes para llegar a horario".