Desde octubre, el cantautor Coti Sorokin, está separado de Valeria Larrarte, su esposa de más de 25 años de relación. Actualmente, atraviesa un escandaloso trámite de divorcio, que además lo convierte en una de las divisiones de bienes más caras de los últimos tiempos.
Cultor del perfil bajo, en oposición a su alta exposición artística, el artista mostró en muy pocas oportunidades su mundo íntimo. En alguna oportunidad, los medios conocieron a Valeria y a sus dos pares de mellizos, Maia e Iván, nacidos en el '95; y Leyre y Dylan, en 2004.
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La separación data de casi un año a esta parte, pero detonó públicamente esta semana cuando aparecieron rumores de una relación sentimental entre el rosarino y la actriz Juana Viale, según anticipó la periodista Debora D’Amato el jueves pasado en Intrusos. Aunque luego fue minimizada por algunas fuentes cercanas -afirman que solo hay una buena amistad y un trabajo en conjunto, al participar ella en un videoclip suyo, y de ahí la “confusión”-, lo cierto es que sirvió para confirmar la separación de Sorokin con la madre de sus hijos, con quien ha compartido un cuarto de siglo.
Coti le baja el tono a las versiones y lo seguirá haciendo. “Hace un año que estamos separados, está todo bien”, afirma cuando se le consulta sobre el tema, pero hay otros factores que no revela.
Los ribetes del divorcio son millonarios y escandalosos. La aparición de los rumores de una supuesta relación de Coti con Juanita Viale no le molestaron tanto a Valeria por su eventual carácter sentimental, ya que no habría existido infidelidad alguna (están separados desde hace meses), sino por la participación de la nieta de Mirtha Legrand en un clip del músico y la difusión del material a sus espaldas.
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¿Qué tendría eso de malo? Que Coti y Valeria no solo eran pareja sino también socios en los negocios de la empresa musical del cantante. Ella, dispuesta a llegar a las últimas consecuencias por la división de bienes y el trámite de divorcio, contrató a la especialista número uno de la Argentina para estas gestiones: la implacable abogada Ana Rosenfeld.
Según pudo saber en exclusiva Teleshow, están pendientes las audiencias de conciliación y el trámite grueso de la división de bienes porque en este divorcio -como en la mayoría, pero aquí por partida doble- lo económico es un detalle enorme: al ser socios en empresas y emprendimientos de la carrera musical y artística del rosarino, la cantidad de cuentas, ganancias, bienes y derechos gananciales a analizar y eventualmente dividir son de proporciones millonarias. A nadie le gusta hablar de plata y menos públicamente, pero es así.
Fuente: Infobae