El Papa Francisco firmó la encíclica “Fratelli Tutti” en el Convento de San Francisco de Asís este sábado junto a la tumba del santo. En la presentación, que tuvo lugar en el Aula Nueva del Sínodo, el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, explicó que el Pontífice pone de relieve en su escrito que “la fraternidad no es una moda que se desarrolla en el tiempo, si no la manifestación de actos concretos”.
“Fratelli Tutti” (Hermanos todos) es la respuesta que ofrece el Papa para construir “un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas; en la vida social, en la política y en las instituciones”.
El extenso documento que lleva el título de una frase de San Francisco de Asís, dividido en ocho capítulos, reflexiona sobre cómo la emergencia sanitaria mundial sirvió para demostrar que “nadie se salva solo”. Y que ha llegado el momento de que “soñemos como una única humanidad” en la que somos “todos hermanos”.
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Se trata de un documento que recoge el legado del mensaje del Papa en este pontificado, ya que se trata de un resumen de los varios documentos y pensamientos que ha ido desgranando en estos siete años.
La primera parte de la encíclica habla de “las sombras de un mundo cerrado” y pone como ejemplo que al inicio “tomó fuerza el anhelo de una integración latinoamericana y comenzaron a darse algunos pasos. En otros países y regiones hubo intentos de pacificación y acercamientos que lograron frutos y otros que parecían promisorios”. “Pero la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos”, escribió Francisco.
Lamentó además que “en varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales”. Describe además los males de nuestro tiempo: el desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata y el tráfico de órganos.
"El libre mercado no soluciona todo"
La tercera encíclica del Papa, tras “Lumen fidei” (2013), iniciada por el papa Benedicto XVI y “Laudato si” (2015) sobre la defensa de la Creación, propone "una política centrada en la dignidad humana y no sujeta a las finanzas porque “el mercado solo no resuelve todo”.
Los “estragos” provocados por la especulación financiera lo han demostrado, explicó. “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”, añadió.
Francisco abogó entonces por “volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos”.
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También reflexiona sobre las palabras “popular” y “populista” en política. Explica que “hay líderes populares capaces de interpretar el sentir de un pueblo, su dinámica cultural y las grandes tendencias de una sociedad”; pero que a veces “deriva en insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico, al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder”.
“Otras veces se busca sumar popularidad exacerbando las inclinaciones más bajas y egoístas de algunos sectores de la población. Esto se agrava cuando se convierte, con formas groseras o sutiles, en un avasallamiento de las instituciones y de la legalidad”, denunció.