Para dar seguridad a las personas que necesitan atención médica, el Hospital Carrasco dividió en dos la guardia con la intención de separar a los pacientes con sospecha de Covid-19 del resto de las situaciones de salud. Así, el efector designado como referente de complejidad intermedia para atender personas con este diagnóstico creó un área de recepción específica. La idea es que la guardia no-Covid esté lo más limpia posible del virus para la atención del resto de los casos.
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De esta manera, los pacientes con sintomatología son recibidos por médicos clínicos en un dispositivo de consultorio externo, donde se evalúan los pasos a seguir. Al mismo tiempo, el hospital recibe pacientes con tratamientos ambulatorios, que también fue separado de las guardias para evitar contagios.
Esto permitió que se la libere de personas febriles o con síntomas respiratorios, dolor de garganta, cefalea, pérdida del sentido del gusto o el olfato, o contacto estrecho con caso positivo. Los otros hospitales públicos han tomado medidas en el mismo sentido.
El Carrasco es el único establecimiento de Rosario donde se internan casos sospechosos que no requieren respirador, en cuyo caso se los deriva al Eva Perón, de Granadero Baigorria. Hasta el momento, allí se internaron 150 pacientes sospechosos, de los cuales 5 se confirmaron como positivos.
Su historia como "casa de aislamiento", figura bajo la cual se creó hace casi 120 años para tratar enfermedades infectocontagiosas como la tuberculosis, peste bubónica, viruela, fiebre tifoidea, difteria y lepra, le aporta las condiciones profesionales y arquitectónicas que le permiten ser hospital de referencia para este tipo de pandemias. Es que la institución tiene tres ingresos y cinco edificios, con amplios espacios de parque y ventilación cruzada, lo que le aporta grandes ventajas para dividir los sectores Covid y no-Covid.
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Sectores
En cada puerta hay señalética que indica por dónde entrar según la necesidad y las personas son recibidas por un "triage": trabajadores de la salud que evalúan, jerarquizan la urgencia y la ubican dentro del efector. Además, el piso está marcado con líneas de colores para que no se crucen del sector designado.
En este diagrama hoy existe un ingreso, sobre Avellaneda y cerca de Zeballos, que se utiliza para atención de especialidades, vacunatorio, consultas de embarazadas y bebés, pediátricas, de patologías crónicas como diabetes e hipertensión, más laboratorio y farmacia. En el extremo norte, más cerca de 9 de Julio, sólo ingresa el personal del hospital.
En tanto, en el centro se ubican la guardia nueva y los consultorios externos. La puerta del sector Covid, que funciona de 7 a 19, tiene un triage con medidas de bioseguridad que verifica si hay síntomas sospechosos del virus, en cuyo caso se le da barbijo al paciente y se lo lleva a una sala de espera especial.
Esa área cuenta con múltiples consultorios, espacios amplios y acceso directo a la parte de radiografías y laboratorio (por si se requiere una placa o hisopado), así como a la guardia, por si se requiere internación. Hay una media de 15 atenciones por pacientes sospechosos por jornada.
En tanto, la guardia funciona con el resto de las consultas como siempre, aunque la atención se ha reducido de manera notable, un 40 por ciento. Allí se reciben también las ambulancias del Sies o pacientes que consultan durante la noche con cuadros vinculados a Covid, razón por la cual también tiene una división interna que resguarda un área "limpia".
"Hubo muchos cambios, pero el mensaje que queremos dejar es que es seguro ir a la guardia, está todo dividido y se tomaron precauciones. La gente puede seguir yendo al hospital, como siempre", se encargó de explicar Gabriela Quintanilla, directora del Hospital Carrasco, para llevar tranquilidad a la población rosarina.
Con información de LC
