Los efectos del celular en el cerebro
El desequilibrio entre el circuito de recompensa y la corteza prefrontal es más pronunciado en los adolescentes. Duke explica que en ese momento el circuito de recompensa está altamente activo mientras que la corteza prefrontal no se desarrolló completamente. Lo hace hasta los 23 o 24 años, lo que dificulta el control de ciertos impulsos, incluido el uso excesivo del teléfono.
Cómo evitar el "scroll" según una experta
Entender estos mecanismos puede ser el primer paso para evitar que el scrolling se convierta en un problema, según las profesoras Duke y Ling. Una forma de mitigar este hábito es mediante la consciencia y la autorregulación: estar atentos a la frecuencia con la que usamos el teléfono y establecer límites de tiempo y, además, buscar actividades alternativas que recompensen el cerebro de manera similar, pero sin los efectos negativos.
Los dispositivos están diseñados para aprovechar la tendencia del humano natural hacia la curiosidad y la búsqueda de placer, lo que crea un ciclo difícil de romper. Ese ciclo requiere estrategias conscientes y disciplinadas para ser equilibrado adecuadamente. Los contenidos del celular no solo absorben la atención, sino que además pueden llevar a una distorsión temporal. “Absorben toda tu atención y entras en una fase de distorsión temporal en la que no te das cuenta de que han pasado dos horas y estás sentado con la mano entumecida”, indicó Duke.
A pesar de no existir un término claro para la adicción al celular en el manual diagnóstico de psiquiatría, los especialistas basan sus diagnósticos en criterios clásicos de adicciones. Duke aclara que se observa “un impulso incontrolable o que el comportamiento esté teniendo un impacto funcional negativo en el resto de la vida de la persona”. Reconocerse preocupado por el propio uso del celular es también significativo. Ling sugiere: “Si tú mismo has intentado parar, y lo has intentado de verdad y no has sido capaz de hacerlo, yo recomendaría que busques ayuda o una intervención más significativa”.
Para evitar el scrolling compulsivo, se recomiendan diferentes estrategias: es beneficioso tomar descansos y alejarse del celular. Llevar a cabo actividades que te alejen de esa realidad, como ir a caminar, ir al gimnasio o a meterse en la pileta puede ayudar a poner la atención en lo que hay alrededor y ejercitar otras funciones del cerebro
También es recomendable no permitir teléfonos en contextos sociales como la mesa durante las comidas. Ling recalca que: “Tener ciertos rituales que te separen de tu celular es siempre de gran ayuda”. Esto puede incluir acciones simples como poner los teléfonos en una canasta antes de comer. Dicha visualización física del límite puede reforzar el hábito de no usar el celular en esos momentos.
Fuente: Ambito