El asesinato de Julieta Del Pino sacudió la tranquilidad de Berabevú, un pueblo de apenas 2.300 habitantes ubicado en el sur santafesino. El cuerpo de la joven fue hallado cubierto de cal, enterrado en el patio trasero de una vivienda. Hasta el momento, el único detenido es un compañero de trabajo del hermano de la víctima.
El presidente comunal, Tomás Sorribas, reconoció que la localidad está movilizada, altamente consternada y unida bajo el lema de “Justicia”.
Durante las últimas horas, los investigadores iniciaron tareas para reconstruir la escena del hecho. En el día de ayer, el fiscal Matías Merlo imputó al principal sospechoso los delitos de homicidio doblemente agravado.
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Sin embargo, Sorribas señaló que aún continúan recabándose pruebas y no ocultó sus expectativas en los avances de las diligencias: “La causa tiene que hablar y ahí vamos a saber el rumbo de esta historia que está abierta. Lo que deja este hecho, es una fractura enorme y una herida que tal vez no cierre nunca”, expresó el presidente comunal de Berabevú a Mañana OH! que conduce Marcelo Garrido.
El asesinato de Julieta, de tan solo 19 años, será un mojón para Berabevú, que deberá trabajar para “para unir los lazos sociales que fueron rotos”, afirmó Sorribas.
Autopsia
Según reveló la autopsia, Julieta Del Pino fue golpeada y estrangulada. De acuerdo a los nuevos datos preliminares del informe, no existen, por el momento, evidencias de abuso sexual, pese a lo que había trascendido inicialmente.
Esos detalles, y la confirmación de que en el pasado había existido una relación entre la víctima y el joven de 28 años detenido el sábado a la noche por el homicidio, se convirtieron en algunas de las revelaciones que dejó la audiencia en la que se imputó a Cristian Romero por la autoría del homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido en un contexto de violencia de género.
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