Tras casi una semana de las explosiones que arrasaron con el puerto de Beirut, el primer ministro de Líbano, Hassan Diab, renunció este lunes. A su vez, acusó a la "elite del país" de haber obstaculizado su Gobierno para "tapar sus errores" y su responsabilidad en la devastación en la capital, lo que alimentó aún más la incertidumbre y los reclamos de cambio en las calles.
El sábado, Diab había prometido presentar un proyecto de ley para convocar elecciones anticipadas y se había dado a él y al Congreso, dos meses para aprobar una reforma política, que atendiera a los reclamos de las manifestaciones.
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Diab había hecho estas promesas en medio de una multitudinaria protesta en Beirut, que pidió un cambio profundo en la política sectaria del país y llegó a tomar cuatro ministerios-
"La élite ha estado por décadas (en el poder) y su olor está en todos lados. Sus políticas dejaron al país al borde del abismo. Deben avergonzarse. No nos paran de atacar para protegerse a si mismos y tapar sus errores. Tenemos que volver a estar con la gente, pelear con ellos contra la corrupción, debemos ser parte de la gente", aseguró Diab, según la cadena Al Jazeera.
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"Todos los miembros de este Gobierno hicieron su mayor esfuerzo, no tenemos un interés personal, solo queremos mejorar a nuestro país", concluyó el premier en un mensaje en el que siempre se diferenció de "la élite" y los "Gobiernos anteriores".