En conmemoración de ese día tan importante, fue que en 2004 se promulgó la Ley Nacional 25.936, estableciendo la fecha como el Día Nacional del Donante Voluntario y Habitual de Sangre.
Además de salvar vidas, la donación trae una serie de beneficios para la salud.
- Ayuda a rejuvenecer el organismo, puesto que al haber un faltante de fluidos, el cuerpo genera nuevas células y da paso a una sangre “limpia y fresca”.
- Ayuda a una mejor fluidez por el torrente sanguíneo, lo que favorece el revestimiento de los vasos sanguíneos. Esto implica un menor bloqueo arterial y un menor riesgo a sufrir un ataque al corazón y accidentes cerebrovasculares.
- El control previo al acto de donación, implica la necesidad de acudir a una revisión médica, en la que es necesaria revisar algunos signos y factores de riesgo como el pulso, la presión, los niveles de hemoglobina y posibles infecciones de VIH, Hepatitis B, Hepatitis C, virus HTLV I- II, Sífilis, Chagas y Brucelosis.
Desde que empezó la pandemia hay menos donantes voluntarios. Esto dificulta la salud de pacientes que más necesitan transfusiones: oncológicos y hematológicos, quienes padecen linfomas o sufren enfermedades como la leucemia.
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Además, la sangre se utiliza más para las operaciones fuertes (como las de corazón abierto), para transplantes o para operaciones de cáncer (que duran mucho tiempo). Solo se puede conservar durante 40 o 45 días máximo, lo cual explica la importancia de la donación frecuente.
Fuente: Ambito