Una empresaria que vive en el barrio El Paso de Santo Tomé, denunció el robo de dinero en dólares. El que guardaba en un ropero, en una de las habitaciones de la casa. El faltante fue descubierto durante los primeros días de enero.
La víctima recurrió al Centro Territorial de Denuncias, allí se le dio intervención al fiscal en turno y a la Policía de Investigaciones (PDI). Hasta el momento no han dado cuenta de novedades sobre el esclarecimiento del hecho.
“Desde que hicimos la denuncia hasta la fecha no logramos que se reasigne un fiscal, en lugar de quien se encontraba de turno durante la feria judicial. Para progresar en la investigación”, destacó la víctima.
Pasividad y liviandad
Como vecina del complejo se mostró preocupada ante la pasividad por parte del MPA y por cierta liviandad con la que los administradores del consorcio intervinieron en el asunto.
Relató en la denuncia, el ingreso del ladrón fue sin la necesidad de forzar puertas ni ventanas. Tampoco dejó habitaciones revueltas. Quien lo hizo, tuvo pleno dominio de la escena para revisar hasta encontrar el preciado botín.
Ni huellas, ni rastros
Además, debió precisar a las autoridades quiénes frecuentaban el domicilio. A excepción del grupo familiar, cuentan con una persona que realiza tareas de limpieza y un jardinero. Este último trabajaba con dos compañeros, los cuales no contaban con autorización para ingresar a su domicilio. Encontrándose debidamente identificados. Tal es así que uno de ellos, trabajó durante 2011 y 2012 en mantenimiento del club.
La víctima cuestiona que “dejamos el bolso (donde estaba el dinero) para que tomaran las huellas, pero no han hecho nada”. “Se brindó información y no se hicieron allanamientos.” “Es difícil comprender la lentitud con que se actúa en el Ministerio Público de la Acusación”, finalizó.